sábado, 6 de noviembre de 2010

Mani



Mani



by Irska Moulin




Ésta es la historia de una muchacha llamada Mani. Mani vivía en una isla donde ella era la única habitante y dado que así era la isla como Mani era llamada Manisla. Mani en su isla realizaba diferentes labores; trabajaba arduamente con la longitud del aire, también observaba detenidamente la altura que alcanzaban las olas en la orilla de la playa durante los diferentes días de la semana, la cual se componía de 77 días. Sin embargo, la actividad preferida de Mani era mientras realizaba las diferentes labores; Mani pensaba y recolectaba las frutas que las plantas le dejaban a los costados de sus raíces para que ella se pudiese alimentar y cuidar de ellas.



A veces, luego de trabajar y comer, Mani se adentraba en el bosque a explorar, ahí a veces encontraba pequeños y grandes objetos dejados ahí por algún ser que en otro momento, de tiempo y espacio, estuvo en la isla antes que ella. Un día encontró un extraño objeto que denominó Maniteto, Mani no hablaba como nosotras y nosotros conocemos, su lenguaje emergía desde ella como partícula esencial de todo lo que existía en el espacio donde ella conocía, todo estaba en relación a ella, sin embargo, ella no se consideraba superior, todo lo contrario, consideraba de que como ella era una energía que podía movilizarse entre las plantas, que podía compartir con otros Manimales, era su energía la que permitía conocer y re-conocer todo lo que existía, siendo ella la única pobladora capas de nombrar cosas, pues el resto de los habitantes de la isla no poseían algo que a ella le encantaba; las palabras. El Maniteto era evidencia de ello ya que resplandecía, tal cual como el sol resplandece en el agua a medio día. Mani estaba maravillada, nunca había visto un reflejo tan claramente como lo vio en el extraño objeto que encontró en el bosque. Descubrío que al apuntarlo con el sol, un intenso calor emanaba, y podía con el quemar incluso las hojas de las plantas. Cuando se dio cuenta de la potencialidad de éste objeto, se asusto y pensó; “Maniteto es un objeto que puede llegar a dañar”. Doble fue su sorpresa, al tomar el objeto con los dedos y éste le rasmilló cortando un poco de su piel. La sangre comenzó a recorrer por su mano. Mani nunca había visto lo que había dentro su cuerpo, y dijo comprensiva “entonces esto es lo que hace que mi cuerpo pueda moverse realmente, es como la luz del sol, caliente, y además sin que yo haga nada se esparce...”, sorprendida infinitamente observo todo el atardecer como la pequeña porción de sangre se deslizaba, luego se secaba y finalmente se descascaraba.



Mani dormía entre los arbustos, las plantas se encargaban de protegerla, de cualquier ráfaga de viento que se intensificaba por el ir y venir de las olas. Sin embargo, esa noche Mani no podía conciliar el sueño, pues pensaba; “si esta Mani que emanó de mi por la mañana, es lo que me provee a mi de vida, ¿Cómo será la Mani que habita en el agua, en las plantas, en el aire, del sol? – se preguntó - ¿Cómo será la Mani de la Mani de la Mani….? Y así pasó la noche entera preguntándose sobre toda ésta Manidad. Cuando aparecían los primeros rayos de sol, Mani corrió a la playa a observar la Mani del mar, trataba, de buscar en ella lo mismo que había visto en su interior, sin embargo, la mar era tan inmensa que su Mani parecía ser la blanca espuma que de habitaba en sobre la marea, entonces dijo “¡Ah..! entonces la Mani del mar es aquella que emerge con cada uno de los latidos del viento en su ir y venir, y la Mani del viento es transparente no tiene una forma definida pero yo la siento cuando ella sopla, la Mani del viento es el soplido, y la Mani del soplido… ¿Cuál es?”. Nuevamente Mani llegaba a un espacio vacío, pues el soplido parecía no venir de ninguna parte aparente, todo lo que veía a su alrededor era la Manisla con todas las plantas y sus frutas, pero nunca algo o alguien que emitiera algún tipo de soplido que dotara al viento de Mani. En ese momento Mani pensó; Tal vez como en mi Mani, la Mani del soplido salió de Mani, siendo unas muy pequeñas Manis habitando dentro de Mani. Por un momento se quedó en silencio y luego prosiguió: Tal vez, hay una Gran Mani, que cuando respira produce un gran soplido y da Mani al Mar. Imaginando en ésta idea se fue feliz caminando por la playa, jugando con las olas y pensando en la gran Mani que en alguna parte vivía, en como sería la inmensa isla donde ella viviera.



Mani a pesar de vivir muy feliz en su Manisla, con sus amigas plantas y los diferentes Manimales que habían en ella, siempre se había preguntado si existirán otras Mani parecidas a ella, y ahora que pensaba en la Gran Mani algo pasaba, incluso imaginaba que ella tal como las pequeñas Mani que vivían dentro de ella y que la hacían Mani, ella vivía dentro de una Mani superior, al igual que todo lo que la rodeaba. Imaginaba las grandes manos que debía tener esa Mani, o lo grande que sería su garganta y su naríz para respirar tanto aire, para tener tanta agua, y así mismo, para que la tierra viviera en ella. Mani entonces recordó las estrellas, y se quedó mirando el cielo hasta que apareciera al menos una de ellas. Al ver a la primera estrella Mani exclamó: ¡Claro! ¡Tal como aquella estrella que se ve tan lejana, debe verme la gran Mani a mi!. Luego de un momento continuó: Debo ser tan pequeña para ella, que ni siquiera me debe ver... En ese momento, una gran tristeza la invadió pensando en que nunca la Gran Mani habría notado su presencia siquiera. Entonces Mani durmió pensando en como comunicarse con la Gran Mani que hacía que todo esto funcionara y que ella pudiese vivir. Entonces cuando durmió profundamente, Mani recibió la visita de la Gran Mani en su sueño. La Gran Mani era una inmensa cantidad de colores multiplicados en el infinito de su mirada. Mani no podía comprender la inmensidad de su belleza, era tan hermosa que sus ojos se desvanecían al mirarla. Jamás antes ni pensando ni imaginando a la habría podido llegar a establecer lo increíble de su dulce belleza. Entonces la Gran Mani le habló;

Mani, tú me has estado llamando, y yo he venido, porque al haberte comenzado a preguntarte sobre mí ya necesitas estar en otro lugar. Entonces he venido a buscarte para llevarte a un lugar donde todo lo que ahora vez se haya desvanecido y tu, tu misma eres solo luz. No tendrás nunca más que alimentarte porque tú serás tu propio alimento, tu serás tu propio Mani. Ya la belleza del mar, la luna, las estrellas, no necesitarás, porque tú serás ellas, pues he venido a buscarte para que tú también seas Gran Mani.

Ante aquellas palabras, de tal intensidad, Mani estaba encantada de la gran dulzura envuelta en esa gran luz de amor que irradiaba la gran Mani. Entonces luego de contemplarla un momento le dijo;

Gran Mani, agradezco tu resplandor jamás he visto nada similar a ti, eres magnífica e increíblemente más bella de lo que yo jamás hubiera podido imaginar... Luego continuó; Quisiera ser todo lo que tu dices, quisiera ser el viento, ser el agua, ser el sol, ser la radiante luna de cada hemisferio, ante todo agradezco tu bondad, y quiero seguir tu camino, pero antes, quisiera pedirte algo que me haría inmensamente feliz.

La Gran Mani por un segundo se acerco más a la cara de Mani a constatarse de lo que le iba a pedir tras su misterio. Entonces Mani continuó;

Gran Mani quiero que me lleves a conocer a otras Mani como yo, para invitarlas a ser parte de lo que tú dices. Entonces la Gran Mani luego de un momento respondió; está bien, será lo que tu quieras Mani, porque yo como la Gran Mani, se que en tu corazón tan solo existe amor, y que ante la destrucción tu prefieres cuidar lo que te rodea, llenándolo de todo el calor que de tu Mani emana, te llevaré entonces a un lugar donde hay muchas Mani, pero no todas son como tú, no todas tienen tu mismo color, ni tu misma voz, todas son distintas y aya les llaman “mujeres”.

Un silencio se sumó a la conversación.

¡¿Mujeres?! Exclamó preguntándose Mani, - ¿Y Mujeres es Mani?- No, contestó la Gran Mani, Mani no es mujeres, Mani es otra cosa, Mujeres es una palabra que construyeron en aquel mundo para llamarnos en relación a nuestro sexo y a nuestra manera de comportarnos según una forma de pensarnos. Finalizó la Gran Mani, y Mani no paraba de cuestionar cada una de las nuevas informaciones que la Gran Mani le daba de aquel Maniundo ¿Una forma de pensarnos? ¿Según nuestro sexo? ¿Nuestra manera de comportarnos? ¿Y es que aya Mani no existe? … Luego de un rato comentó; Yo no quiero ser mujeres, prefiero seguir siendo Mani, teniendo lo que tengo en mi cuerpo y comportándome como el me diga, Entonces la Gran Mani respondió, Está bien Mani, tu podrás comportarte como lo haces aquí en tu Manisla, pero ayá, tendrás que tener mucho cuidado porque la gente a olvidado de que en realidad más aya de ser mujeres u hombres, son también Mani, y que eso no lo determina nuestro sexo ni como quieren que nos comportemos. Mani la miraba atenta, y ella prosiguió; Sabes Mani, se me ha ocurrido una idea, yo Gran Mani voy acompañarte, no quiero que estés sola aya, y quiero experimentar contigo ese aprendizaje. Entonces Mani saltó de felicidad y contenta le dijo, ¡Gracias Gran Mani, me encantaría que me acompañaras, me harías muy feliz! - Y la Gran Mani le dijo; Pues cierra los ojos y al despertar te encontrarás en aquel mundo donde has imaginado estar pero que no conoces. Entonces Mani cerró los ojos y se preparó a viajar.







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