Me gustaría partir citando la obra de una artísta que me parece trascendental para poder considerar el caracter de éste trabajo de arte. Cyndi Sherman, en su serie de esculturas denominadas "cyborg" expone desde su particular manera, que aveces ronda en la ironía y lo grotésco, aquella relación que a mi me interesaba realizar entendiendo la existencia, como primer término a trabajar como problema.
Cyndi Sherman, Hasta 1986 realiza únicamente autorretratos fotográficos con los que intenta parodiar el tema de la mujer estereotipada: situándose en diferentes escenarios, sus imágenes en blanco y negro y de pequeño formato dan paso a otras en color y de formato más grande. En ellas, el humor va desde la muda introspección hasta la sensualidad más provocativa, desatándose el horror y la repulsión a finales de los ochenta.
A propósito de un paseo, y del cotidiano poético sucede el encuentro con la idea de generar una instalación para hablar de la Lógica Binaria con la que están producidos los Sistemas Reproducidos en Serie, todavía vigentes en la tecnología actual. Es a través de ésta idea que se aísla un dispositivo electrónico peculiar, que conforme al tiempo, pasaría a denominarse “dop” palabra que se produciría en los orificios contenidos de cada una de las hembras insertas dentro del enchufe.
Primero que nada se realiza la instalación del “dop” en el espacio del Taller de Gráfica con la Profesora V. Errázuriz. Luego de una serie de experimentaciones se llega a la idea de particionar el “dop” en el espacio de tiempo real por lo que se convoca inicialmente a participar a 4 personas: Tammy Noyer, Karla Méndez, Ivone Aguilera y Kattya Catalán
Se realizaría con ellas una labor pedagógica donde paso a paso se iría descubriendo por medio de la experimentación, la visualidad final.
Se realizaron una serie de dibujos y ediciones digitales destinadas a ejemplificar lo que sería la instalación final del la meta-performance “dop”, con el paso del tiempo cambiaría la composición del grupo y serían Ivone Aguilera, Marisol Muñoz, Italo Spotorno y Mónica Meza lxs encargadxs de poner en escena el proyecto final.
La instalación a estas alturas había salido del Taller para pasar habitar el patio de la Universidad por medio de un cubo construido en metal de 3 m3 pintado negro, donde en su centro pendía el “dop”
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