crear desenvuelve nuestra libertad, la hace concreta, tangible, la traslada a la dimensión de lo material con los rasgos constituyentes de su belleza etérica, espiritual y eterna.
lunes, 14 de junio de 2010
Alelí:
Escribo sentada en ese planeta que alguna vez dibujamos en la tierra. Te escribo a ti, en la dichoza hambruna que levantan mis días, vistiendo y calzando ropa, con la que me siento más otra que antes, más Mía. Ya tu sabes, el hecho de mis desacuerdos fundamentales, no tragaré facilmente la humedad de las lágrimas de bestia alborotada, disfrazada de niña inocente impermeable a mis constantes reprimendas, por que tú ya sabes que yo sé, que no sabes otra manera de vivir que agotando las posibilidades de un presente perfecto. ¿Es lo otro perfecto? claro es si te sientes cómoda, claro es si tu subjetividad ha alcanzado tal grado de satisfacción en ésto o aquello, particulas del deseo cristalizado en lo etéreo. Pero me han de reclamar tus sueños, me han de buscar donde no hay oxido, pero si un gran silencio, pues no estoy yo, quien viaja navegando más ayá de tus adentros, cuando te miro, enterate que mis ojos son un arma de una bala que perfora tu imagen y tus anhelos, viendolo todo por dentro, incluso aquellas cuevas tenebrosas que dices llamar maldad. Desnuda ante mí estás, yo ante todo lo se, sin embargo dudo, ¿Quién no es malo? ¿Quién no es perverso? compruebo, ante mis reflexiones, que nuevamente la figura de ABRAXAS de aquel libro sutil, desciende en nosotros pueblo. La moral nos enseña lo bueno y lo malo, mientras abraxas es la exacta combinación y conjugación de ellas. El creernos "malas" no es algo tan simple sino más bien algo psicológico, sino, que en el fondo la creencia está arraigada en ese placer interno de causar dolor a lo que se le tiene aprecio a modo de prueba, infame, claro es, sin lo cual es comprensible Alelí, cuando tu me hablas de tus maldades, tienes dentro un macabro escenario que prefiero no conocer. Me resto de tu lindura, pués bien sé, que lo lindo no es para siempre, quien sabe si el día de mañana, una micro se asome un poco más cerca y te vuele las piernas, un brazo y para variar te desforme la cara, y entonces te transformes en el mounstruo que en realidad eres y la belleza se haya quedado olvidada en la orilla de la rueda, al igual que las sonrrisas de quienes adoran, tu belleza superflúa.. Mientras el ego confecciona en ti la posibilidad de plantearte en los escenarios como una supuesta reina, haciendo jadear el cuerpo, y por un rato creerte, sintiendote, lobita, perrita, o eróticamente traviesa, innundas los poblados de ese humo negro que esconde tu blanca presencia. ¿Crees Alelí querida, que llegue el día en que sin quererlo ni notarlo tus humos se escapen de ti y comiencen asfixiar a todos quienes forman tu gheto? Imagino, cuando las brujas en el medioevo creaban las maldiciones, maldecirte no quiero, pero y si se vuelve cierto? Hay muchas circunstancias que sin previo aviso pueden recaer sobre la realidad del cuerpo, si un día la maldición de una gitana perversa, más mala y podrida de lo que tu podrías llegar a sentirte que puedes llegar a ser, y ella osa decirte que no hablarás ya nunca más, imaginate Alelí, tu traviesa lengua cercenada ante sus piés por una daga que sin esperar utilizó afirmandote del cuello y prohibiendote para siempre el habla. O bien, un enano travieso, esparsa sobre tus ojos cal y ya, entre brillos gatillantes, tus ojos no puedan más ver que la infinidad? Hay una limpieza que no basta con el mirar aparente Alelí, es necesario ver desde afuera, y desde ahí te miramos, estás atrapada en mares de superficialidad extrema, y de un existencialismo que a nada ha de aportar y nada hacen crecer más que las mismas ramas torcidas que de pequeña has hecho florecer a tirones, y ya lo sabes, nadie te lo ha contado, las flores que plantas terminan muriendo en tus manos. Nadie, ninguna soñadora se atrevería contigo a plantar un árbol de duraznos pues sabe, que la infexión más mortoria se encuentra en la punta de tus dedos, en la base de tus manos, y no sea la soñadora el impedimento a realizar el sueño!, es en ti, la no-compañera amante traviesa en quien no se puede creer, pues se sabe, en sus ojos, falsos destellos de ilusiones qué por capricho desvanecidas en el aire, pues piensa sólido todo sueño y les hace rebotar. Es tan fuerte tu pared Alelí, eres como un gran muro al cual lanzas una pelota, así eres Alelí. Aveces, me consuelo viendote, jugar con tus palabritas, pero nada de eso queda, tal ves solamente, en los corazones de mentes simples que compran baratas tus colecciones novelezcas hipócritas del azar no azaroso. Aveces Alelí, pareces ser cierta, cuando no, eres desierta, no hay en ti más flores que las subterraneas, pues toda tu belleza radica en que estás sumergida en la nada, que como nada, te contempla a ti y a tus jueces que son quienes te hacen "bella", para ti y tus lenguajes. Criminal, tal véz, prófuga quizás, pero ayá en la carcel dónde nos encontramos la primera vez, pañuelo rojo al viento, dijimos, para siempre, y con esto digo para siempre nunca más, pues, aprendí contigo mi querida y aborrecida Alelí que tu sangre y mi frío no se calientan sino para arder, y cuando arden, no saben amanecer, y al no saber amanecer, buscan consuelo en la fuga de un amante que nada supo de la historia sino del presente para complacer en mi nombre tus caprichos, y perfectamente sentidos, cada uno de tus latidos. Entonces, hierva tu sangre, tal cual hierve el ácido con el cual derreti cada uno de los espacios que pintaste con colores chillones y apetecidos por un barroco estilo. Pero sabes Alelí, dónde tu guardas los secretos, es el mismo lugar donde yo escondo los abismos, entonces de alguna forma han de caer al mismo lote, por eso te lo he dicho. Es más, tus poblaciones emigran en mis delirios para amanecer diciendo que no te he dicho lo correcto y que es otro camino el que necesitas para seguir y poblar mis territorios vecinos. Cuando te equivocas es por lo cierto, alguna vez, aquel romántico amoroso, quien pisará tus huellas, diciendo lo mismo de siempre, y yo definitivamente no quiero un amor así como pareciese ser éste cuento. Muchacha, muchachita, de pelirroja a calva, me es tan facil escribirte, pues es como escribirme a mi y de hecho lo es, pues aquí tu no existes sino en mi mente y en mi mente aveces te he hecho vivir, y te traigo donde me place, se de ti, así es que en mis sueños voy a dibujarte y ahi haré de ti, un punto y una linea, y comenzaré año tras año a dibujar como se marca la vejez de tu figura, como van cambiando los esquemas, como te vuelves más segura, como aquella línea que antes no aparecía, pronto aparece para marcar más de una ironía y la vida, aún después de todo, espero que la micro, la gitana y el duende, no pasen por tu camino, pero espero te hagan reflexionar, pués de podrida puedes pasar a ser vinagre y ya ahi servirás para ser utilizada, cómo aderezo a una gran ensalada, el segundo plato en espera de uno principal. Tardes, días, noches, de ligeros entusiasmo donde finalmente eres tú quien aparece, no tú Alelí, sino quien fuera de las imagenes románticas se presenta ante mi una perfecta, la alter-mujer que vivío en ti, pero que migro para habitar en otras, en otra, nunca pensé que un piano podría sonarme tan dulce... Aún no puedo decir nada, aún no puedo mentir, tan solo imaginar, que la caja termina por abrirse entre tanta cucaracha. Divina yo quiero aprender de ti lo indescible para deslizarme ante tus ojos como una vertiente, un silencio escurrido y una palabra firme ante tus ojos, QUIERO conocerte, y tal vez mi más ferviente deseo de hoy sea ese, quiero ver más allá de esos ojos celestes quien eres, pues, nunca pensé, que tu partitura indescifrable fuese aparecer ante mi así.. tan derrepente.
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